Tras la bendición de palmas y ramas de olivo, partió la comitiva en la tradicional procesión que estuvo marcada por el mal tiempo. Previo a la procesión, se celebró la solemne Misa de la Pasión del Señor rememorando su crucifixión y muerte, probando así la llegada de la Semana Santa, días claves de la liturgia cristiana.
Tras la Misa y la bendición de palmas y ramas de olivo, en la Parroquia de San Juan Bautista, la procesión de La Burrica partió para recorrer las calles de la localidad hasta llegar a la Parroquia Mayor de Santiago, conmemorando así la entrada triunfal del Señor en Jerusalén, en una procesión colorida y alegre, marcada por el color rojo que representa a Jesús como rey en su entrada triunfal en Jerusalén y la Pasión del Señor, por la sangre.
Acompañando a Jesús en La Burrica procesionaron decenas de niños y niñas hebreos, los doce apóstoles y miembros de las diferentes cofradías de la localidad, bajo la presidencia del Párroco de San Juan Bautista, José Luis Bleda; el Alcalde, Enrique Jiménez; el Presidente de la Junta Central, Eduardo Spiteri; el Concejal de Festejos Antonio Valero, y el Nazareno de Honor, Francisco Canicio. Los más pequeños se acercaron a La Burrica para hacerse la tradicional foto entre llantos, sorpresa y alegría, donde la lluvia no hizo acto de presencia durante el recorrido, aunque sí el frío y el fuerte viento.
Entrada la noche, el Cristo Amarrado a la Columna llegaba a la Ermita de San Agustín, tras partir en procesión desde el Monasterio de Santa Ana portado por fieles y recibido en la Ermita por muchos otros, donde entonaron su himno. Posteriormente partió en procesión rodeado y admirado por los fieles, poniéndose una vez más de manifiesto la devoción y el fervor de los jumillanos y jumillanas, hasta su llegada a la Parroquia Mayor de Santiago.
