Medio Ambiente destina cerca de 168.000 euros a mejorar y conservar los montes públicos de Jumilla

La consejera Adela Martínez-Cachá visita el Monte de Santa Ana de Jumilla para ver los trabajos de mejora y rehabilitación del albergue de El Carche, fruto de un convenio de colaboración

En la Comunidad invierte anualmente unos 300.000 euros a acondicionamiento de montes catalogados de utilidad pública, que suponen unas 176.000 hectáreas

La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, visitó hoy el Monte de Santa Ana en Jumilla, junto a la alcaldesa de la localidad, Juana Guardiola Verdú, para ver los trabajos que se van a llevar a cabo en una superficie de 56 hectáreas distribuidas entre los montes Sierra de Santa Anta y Sierra de los Bujes en el municipio jumillano.

Estos arreglos se circunscriben al convenio firmado entre la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Jumilla, que asciende a 167.896 euros, y contempla también la rehabilitación y mejora del albergue del Parque Regional de El Carche, con el fin de mejorar el estado de las instalaciones.

Los trabajos se centrarán en mejorar la carpintería y la pavimentación de la planta baja. También se instalarán asientos en madera de roble en la zona de la chimenea, se mejorarán la cocina, el baño y su mobiliario, y se repararán las rejas, el tejado y la instalación eléctrica, entre otras actuaciones.

La consejera dijo que "el Gobierno regional destina anualmente unos 300.000 euros procedentes del fondo específico a la mejora y conservación de los montes de utilidad pública, con el objetivo de reforzar su potencial biológico y ofrecer un entorno sostenible del que puedan disfrutar todos los murcianos".

En la actualidad, la Región de Murcia cuenta con una superficie de 176.000 hectáreas de montes públicos y la Comunidad mantiene convenios de colaboración con los ayuntamientos propietarios del espacio para su mejora y conservación.

Las actuaciones de mejora de las masas forestales se centrarán en el clareo y poda de arbolado y las ejecutarán en dos meses un equipo de 18 personas (16 peones, un capataz y un ingeniero técnico forestal).

Estas labores permiten mejorar los ecosistemas forestales, reforzar su capacidad productiva y su diversidad biológica y, al mismo tiempo, incrementar la resistencia del terreno a la propagación del fuego y favorecer la regeneración de las masas degradadas.

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